La cueva Konglor

La cueva Konglor es, sin lugar a dudas, una de las principales atracciones naturales de Laos. Si bien pasa en muchos casos desapercibida para el viajero, que viaja desde Vientiane hasta la zona Sur del país dormido intentando dormir en uno de esos autobuses con camas.

Se trata de una inmensa cueva fluvial, atravesada por el río Hin Phou y con una longitud de casi ocho kilómetros. Siendo necesario el uso de barcas para atravesarla, y conocer las bifurcaciones para no perderse en el intento.

Estalactitas, escorpiones, rápidos, estalagmitas, arañas, oscuridad, playas, árboles que crecen en las profundidades de la cueva… La experiencia es única e inolvidable, y vale cada uno de los kips que cuesta; concretamente 100.000 kips por un barco para 2 personas y 5.000 kips de entrada por persona.

Recordatorio: 1 euro equivale a 10.400 kips, por lo que 100.000 kips son unos 10 euros.

La entrada a la cueva Konglor se encuentra bajo la montaña
La entrada a la cueva Konglor se encuentra bajo la montaña

Dado que no teníamos intención de hacer el tour turístico en la cueva de ida y vuelta en el mismo día, sino que queríamos pasar la noche al otro lado de la cueva, en un pueblo llamado Ban Natane; pedimos a un chico Lao que nos escribiera en un papel las explicaciones sobre nuestro plan, para así no tener problemas en la entrada de la cueva.

Las explicaciones sobre cómo y cuándo cruzar y volver de Konglor
Las explicaciones sobre cómo y cuándo cruzar y volver de Konglor

Llegar hasta la cueva tras los duros días anteriores realizando el Loop resultó una grata experiencia, finalmente habíamos llegado al lugar deseado. El exterior de la cueva es paradisiaco, con aguas calmadas y una tranquila playa, invitándonos a adentrarnos en sus laberintos. Una vez en su interior encontramos otra playa que sirve de embarcadero, donde comienza la aventura y desde donde surcaremos su interior.

Entrando en Konglor
Entrando en Konglor

Si tienes algún calzado que puedas mojar, y que resulte cómodo para caminar bajo el agua, es más que recomendable llevarlo puesto; ya que una vez en la cueva vas a acabar con los pies en el fondo del río antes o después. Raro será que no metas la pierna hasta la rodilla, porque a menudo nos tocará desembarcar mientras desencallan y maniobran la embarcación.

Ir descalzo tampoco sería una buena idea, ya que podríamos cortarnos fácilmente con los bordes afilados de alguna de las piedras. En nuestro caso lo único que teníamos eran chancletas, así que tuvimos que arreglarnos con ellas.

Si a lo anterior le sumas una buena linterna tendrías el pack de imprescindibles, ya que la cueva es inmensa y la iluminación se reduce a un par de zonas de exposición, además de la que lleven los remeros para dirigir la barca.

La mayor parte del recorrido la oscuridad te rodea
La mayor parte del recorrido la oscuridad te rodea
Zonas iluminadas en el interior de la cueva
Zonas iluminadas en el interior de la cueva
El interior de Konglor es espectacular
El interior de Konglor es espectacular

Durante nuestro recorrido por la cueva observamos como uno de los remeros encontró, por sopresa, un escorpión sobre su pantalón. Sin perder la sonrisa lo golpeó y sacudió, dejando un rastro rojizo pegajoso sobre su prenda.

Al final del recorrido a través de Konglor descubrí que yo también había terminado con la vida de un escorpión, ya que tenía el mismo rastro pegajoso que el remero en la base de la mochila. En mi caso el escorpión murió accidentalmente.

La luz al final del tunel
La luz al final del tunel

El río nos había conducido hasta un valle en el centro de la formación montañosa conocida como Phou Him Boun NBCA, allí encontramos el camino hasta un pequeño pueblo aislado del mundo exterior llamado Ban Natane.

Otros posts sobre el Loop que pueden resultarte de interés son: