Los números de la violencia de género
A finales de 2006 se anunciaba que según estudios realizados por el Gobierno casi 2 millones de mujeres eran víctimas de maltrato.
Un total de 670.000 mujeres residentes en España admite haber sido objeto de malos tratos en el último año, lo que supone el 3.6 por ciento, aunque se cree que el porcentaje podría subir hasta el 9.6 por ciento, es decir, 1.8 millones de mujeres, teniendo en cuenta que muchas víctimas no se reconocen como tales.
Así se desprende de la tercera macroencuesta “violencia contra las mujeres” del Instituto de la Mujer, presentada hoy por la secretaria de Igualdad, Soledad Murillo, y la delegada especial del Gobierno contra la Violencia hacia las Mujeres, Encarnación Orozco. El informe distingue entre maltrato técnico -el de mujeres que, aunque no se reconocen a sí mismas como maltratadas, responden como víctimas de determinados comportamientos- y maltrato declarado -las mujeres que admiten haber sido maltratadas en el último año-.
Los datos eran alarmantes y demostraban la gravedad de la situación. La repercusión mediática de semejantes cifras no se podía dejar de lado. Pero, ¿de dónde salen estas cifras?
El estudio realizado considera que casi dos tercios de las mujeres víctimas no se reconocían como tales. Se trata de maltrato técnico, para ello las mujeres encuestadas debían responder expresiones como “frecuentemente” o “a veces” a cualquiera de las siguientes preguntas referidas a su pareja.
- Le impide ver a la familia o tener relaciones con amigos y vecinos.
- Le quita el dinero que usted gana o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse.
- Le insulta o amenaza.
- Decide las cosas que usted puede o no hacer.
- Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que usted no tiene ganas.
- No tiene en cuenta las necesidades de usted (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la comida…)
- En ciertas ocasiones le produce miedo.
- Cuando se enfada llega a empujar o golpear.
- Le dice que adónde va ir sin él/ella (que no es capaz de hacer nada por sí sola).
- Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe.
- Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a algún partido, pertenecer a alguna organización…)
- No valora el trabajo que realiza.
- Delante de sus hijos dice cosas para no dejarle a usted en buen lugar.
¿Si de vez en cuándo vuestra pareja ha realizado CUALQUIERA de estas acciones estáis siendo maltratadas? ¿si a veces tu pareja te dice que no puedes hacer algo te está maltratando? ¿si a tu pareja le apetece mantener relaciones sexuales en alguna ocasión y a ti no, sin llegar a forzarte, sólo por la mera petición, ya te está maltratando? ¿si a tu pareja no le apetece a veces ir a ver a la familia te está maltratando? ¿ironizar o criticar las preferencias de tu pareja es maltrato? ¿Es esto serio? Por otra parte, estoy absolutamente convencido de que un porcentaje superior de hombres es maltratado actualmente según estos parámetros.
Nos quedan aún 670.000 mujeres que han reconocido su maltrato. Así que la cifra sigue siendo importantísima. Para considerar un maltrato declarado deben responder afirmativamente a la siguiente pregunta “¿Ha sufrido alguna situación por la que usted se haya sentido maltratada por algún familiar, por su novio o alguna persona de las que conviven con usted durante el último año?”.
Los sentimientos son importantes, pero tanto como para reconocer un caso de maltrato declarado ante UNA situación en la que tuviste un sentimiento de maltrato me parece un tanto exagerado. Veo excesivamente vaga la pregunta como para automáticamente, y sin margen de error, considerar a la mujer encuestada víctima de maltrato.
Se puede afirmar que las cifras publicadas son pura demagogia. Como diría Winston Churchill, “sólo me fío de las estadísticas que yo mismo he manipulado”. Y es que los números que nos muestran suelen ser muy llamativos e interesantes, pero normalmente olvidamos contrastar el método empleado para obtenerlos.
A fin de cuentas, y parafraseando a Groucho, “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. No pretendo restar importancia a un asunto de seria gravedad, pero con la violencia de género se ha creado un interés político sobre un problema social; lo que provoca la generación premeditada de propaganda partidista sobre este asunto más que verdaderas soluciones. Medidas erróneas y en muchos casos desproporcionadas, una protección sobre el género históricamente más débil traducida en discriminación positiva y persecución al varón.
