Armenia, los colegios y el genocidio armenio

¡Acampando bajo las estrellas en el Cañón del Infierno!

Pero para llegar ahí aún nos quedaban varios puertos por pasar en bicicleta. Atravesamos las montañas y el inmenso lago Sevan en un día largo e intenso, resacoso, y con un clima cambiante. En los valles, a los pies de las montañas, el sol calentaba el ambiente; pero según ascendíamos la bruma y el frío atravesaba nuestra piel hasta clavarse en nuestros maltrechos riñones.

De camino a Yerevan hicimos un alto en Hrazan, una ciudad de diseño soviético, donde Joshua -un ecuatoriano de padres hippies estadounidenses- estaba viviendo una temporada. Sus progenitores decidieron criar a sus hijos en un país más relajado, en un paradisiaco lugar en la selva ecuatoriana.

Joshua trabaja como profesor de inglés a través de internet, lo que le permite vivir en cualquier lugar del mundo siempre y cuando el acceso a la red sea estable y rápido. En Armenia, no sólo es bueno, sino barato.

La vida de una familia americana en Armenia

El motivo que le llevó a vivir a Armenia, y concretamente a Hrazan, no fue el azar; sino su hermana. Ella se fue a vivir allí con su marido, un americano de Texas de ascendencia armenia que quería revivir sus raíces, y sus hijos, a los que querían educar en un lugar diferente a América.

Durante un par de días disfrutamos de la compañía de toda la familia, una experiencia maravillosa para ver como es la vida en Armenia desde dentro. Y no sólo como es la vida para la gente local, sino como es la experiencia para alguien que ha vivido en un país occidental.

El nivel educativo en las escuelas armenias es bastante deficiente, al menos fuera de la capital. Hasta tal punto que tras un año de experimentos en el colegio local, decidieron sacar a sus hijos del sistema y probar con la educación en casa.

En las clases de inglés enseñan el abecedario asociándolo con palabras: “A”, from Apple… “A” se pronuncia “ei” en inglés, pero “apple” se pronuncia “apol”, ¿no? En Armenia las manzanas son “eipols”. Una de las pocas palabras en inglés que saben, y la aprenden mal. Manda narices.

La madre americana fue a la escuela para descubrir a que se debían las malas notas de sus hijos -que hablan inglés desde que nacieron- y acabó a gorrazos con la profesora, que obviamente no tenía ni papa de inglés.

Como despedida nos dimos el lujazo de disfrutar de unas aguas termales con nuestro anfitrión, mientras tomábamos cervezas en la piscina de agua caliente al aire libre, bajo las estrellas y el frío exterior.

Ereván, una pequeña Viena

A Erevan en bici

Pedaleando hacia Ereván (o Yerevan) divisamos por primera el monte Ararat junior, y poco después Ararat. La joya de la corona armenia, el orgullo del país, una preciosa montaña que se divisa desde Ereván… Y que hoy en día está al otro lado de la frontera, en Turquía, para disgusto y amargura del pueblo armenio.

Tras nuestra experiencia previa con Couchsurfing en Hrazan, en Yerevan nos quedamos con una chica búlgara a través de Warmshowers. Ella trabaja para una compañía francesa llevando la contabilidad y disfrutando de la naturaleza de Armenia.

Una semana en compañía de Avrora fue más que suficiente para establecer una buena amistad, lo cual es de agradecer especialmente ya que fue el tiempo que necesitamos para terminar de tramitar el visado para Irán.

Ya habíamos obtenido la carta de invitación -LOI, letter of invitation-, pero el trámite en la embajada en Yerevan lleva una semana salvo que pagues por el proceso exprés.

Centenario aniversario del genocidio armenio

El genocidio armenio

Si oíste sobre ello, probablemente fuera por las broncas con deportistas que se mostraron a favor del reconocimiento del genocidio, para luego echarse para atrás cuando sus patrocinadores les criticaron por abrir la boca -o el Twitter- en contra de un país con tantos aficionados como Turquía. ¿Dani Alvés, por ejemplo?

¿Tal vez por Kanye West, alias “Caña” -eso gritaban los armenios-, tirándose -o cayéndose, según versiones- a la fuente junto a la que dio su concierto? ¿O por el concierto pasado por agua de System of a Down?

Estos acontecimientos no son habituales en Armenia, y el motivo de los mismos era el de llamar la atención de la comunidad internacional y exigir el reconocimiento por parte de Turquía del genocidio del pueblo armenio hace 100 años a manos otomanas. Allí estábamos nosotros, en pleno corazón del movimiento.

Un holocausto planeado por el gobernador Cevdet Bey para evitar la posible separación de un estado armenio. Con el precedente fresco en su memoria de la independencia de Rumania, Serbia y Montenegro; urdió un plan para forzar al pueblo armenio a rebelarse arrestando a sus intelectuales, pudiendo justificar así un asedio a la ciudad.

Se estima que un millón y medio de armenios murieron durante un año negro en el que fueron confinados en campos de concentración, asesinados en su mayoría de camino a los mismos, y enterrados en fosas comunes a lo largo y ancho del imperio. Más de la mitad de la población armenia fue exterminada de la faz de la tierra.

¡Ey! No os enfadéis seguidores turcos, las cosas como son. Vale, fue hace 100 años. Vale, fue el Imperio Otomano y no Turquía como tal. Pero lo cortés no quita lo valiente, reconoced que os cepillasteis a más de la mitad de la población del ahora país vecino, con premeditación y alevosía.

Pedid disculpas, apechugad con las consecuencias y apoquinad las compensaciones que se os exijan.

Mini aventura de fin de semana

Mini aventura en Armenia

¿No tienes la oportunidad de realizar un viaje de larga duración? ¿El trabajo, la familia o las obligaciones te atan al sillón junto a la televisión? ¡Escápate!

Aceptaré barco como animal de compañía, tal vez tus sueños sean los de dar la vuelta al mundo pero realmente no te sea posible realizarlos por causas ajenas. ¡Eso no significa que no puedas vivir una aventura!

El fin de semana llegó cuando estábamos en Ereván y Avrora quería aprovechar su finde para hacer algo interesante y no pasar más tiempo entre cuatro paredes o de bar en bar. ¿Qué podemos hacer? ¡Vayamos a ascender la montaña más alta de Armenia! Y para allá nos fuimos, convencimos a una amiga suya para que nos acompañara -y pusiera el coche- y cogimos la carretera hacia la base del Monte Aragats.

Nuestro plan era limitado: conducir hasta el lago al final de la carretera, coger nuestras improvisadas mochilas y recorrer la zona ascendiendo a los 4094 metros de la cima de Aragats. ¿El problema? La nieve lo ocultaba todo y la carretera estaba bloqueada.

¿Qué hacer ahora que nuestra mini aventura se había ido al carajo? Tomárnoslo a cachondeo, corretear entre las nubes y dirigirnos al siguiente lugar que se nos viniera a la cabeza: ¡el Cañón del Infiero!

Corriendo entre las nubes

Un par de horas más tarde estábamos pateándonos la ribera del río que atraviesa dicho cañón, escalando a las montañas que lo rodeaban, preparando las tiendas de campaña y una hoguera para pasar la noche entre amigos bajo las estrellas.

¿No tienes tiempo para nada? De la que salgas de trabajar agarra la mochila y vete a la montaña más cercana con la tienda de campaña, pasa la noche al aire libre y date un chapuzón en el río más cercano de la vuelta a casa al día siguiente. ¡Una noche en el saco de dormir abre los ojos a cualquiera!