Las prohibiciones de Singapur
Si hay algo que llama la atención en Singapur más que los rascacielos es el orden que impera en este pequeño país con menos de 5 millones de habitantes. Allá donde pusiéramos los ojos nos encontramos con algún cartel prohibiendo algo, en muchos casos con una cuantiosa sanción económica en caso de incumplimiento.
Uno de los lugares donde esto va a más son las estaciones de metro, las cuales están plagadas de prohibiciones, llegando a imponer multas de 500 dólares simplemente por comer o beber dentro del recinto o los trenes.
En una de las estaciones de metro nos encontramos a un empleado público supervisando que todos los pasajeros se colocaran en los lugares idóneos, así como bien repartidos (similar número de personas en cada puerta), para esperar la llegada del tren y proceder a entrar en el mismo.
Pero es que, incluso en los supermercados, ¡encontramos carteles indicando como sujetar correctamente el carrito de la compra!
La policía además no se anda con chiquitas, y a poco que incumplas alguna normativa ya puedes encomendarte a tu dios favorito que la multa no te la quita nadie; o al menos es lo que nos han contado, ya que afortunadamente no nos tocó esa papeleta.
Y, por si alguno había pensado en escabullirse, que se ande con ojo; porque la ciudad está plagada de cámaras de video vigilancia. Algunas tan visibles como las mostradas en esa imagen, pero otras tan ocultas que, salvo que alguien nos avise, difícilmente las encontraríamos.
En general, la impresión que nos trasmitió Singapur con todo esto no fue positiva, el sobrecontrol que ejerce el gobierno sobre sus ciudadanos es excesivo y roza lo dictatorial. A fin de cuentas, con el régimen democrático existente en Singapur desde sus orígenes, la política del país está dirigida por un único gran partido donde sólo se han sucedido 3 primer ministros, siendo el primero y el último padre e hijo. Es complicado visualizar la confusa línea entre democracia y dictadura cuando observamos Singapur.
En nuestro recuerdo Singapur quedó como el país de las prohibiciones, os dejo con unos cuantos ejemplos:
henry guerrero
19/08/2012 @ 21:59
1) ¿No sera que es mejor una “dictadura honrada” como parece ser Singapur(muy buen nivel de vida, educacion,vivienda,salud,etc.) que una “democracia corrupta ” como la colombiana ?
Pablo
21/08/2012 @ 17:38
No tengo conocimientos suficientes como para juzgar cómo de honrada es. Peros sin duda la corrupción en las democracias europeas y sudamericanas arruinan el espíritu de la democracia.
Evelio
14/04/2016 @ 15:56
Dictaduras han habido muchas y muy variadas, pero quien haya vivido bajo cualquiera de ellas, no le quedará deseos de vivir otra. Yo nací y viví 42 años bajo la dictadura castrista. Hace 11 años que vivo en un país democrático y les aseguro una cosa: me muero en democracia, aunque no sea perfecta. Dictadura es Dictadura, sin apellidos. No hay dictaduras malas y dictaduras mejores.