Nuestro paso por Singapur
El cruce de frontera entre Malasia y Singapur fue bastante rápido, si bien se produjo bastante desconcierto a la hora de regresar al autobús.
Cuando llegamos al control de pasaporte malayo fuimos echados del autobús por el conductor sin mayores explicaciones; y tras pasar la frontera malaya nos encontramos con dos hangares de autobuses. ¿Cuál sería el nuestro?
Afortunadamente acertamos a la primera con el que nos tocaba y llegamos a tiempo para cambiar de bus, el cual nos llevó al centro de Singapur.
Allí conocimos a una simpatiquísima pareja, un matrimonio formado por un estadounidense especializado en culebras y una enfermera indonesia. Nos invitaron a comer y estuvimos charlando durante un buen rato.
Nuestras tres noches en Singapur las pasamos con nuestro host de couchsurfing, un indio que llevaba ya varios años viviendo y trabajando en Singapur. Al igual que la pareja estadounidense indonesia, nos recalcó especialmente la necesidad de aprovechar Singapur para probar toda clase de gastronomías.
Tras pasar por un cajero tuvimos que habituarnos a la nueva moneda:
1 Euro son 1,71 dólares de Singapur.
El problema, respecto a la sugerencia que nos hacia todo el mundo, es que para nosotros Singapur no es tan barato como para ellos, no como Malasia, ni mucho menos como Tailandia. Estábamos acostumbrados a gastar 6 ringgits malayos por comida (1,5€) y allí rondaban los 4-5 dólares de Singapur por cantidades más pequeñas. Debido al elevadísimo precio de la vivienda, superior al de Madrid o Barcelona, la comida les parece tirada de precio.
Los mejores lugares para comer barato y en condiciones en Singapur son China Town (si te gusta la comida china, si bien en los Food Court encontrarás otras gastronomías) o Little India (para disfrutar de la deliciosa comida india).
Singapur es una ciudad bastante amplia que, a diferencia de las grandes capitales europeas, no está pensada para los peatones. Caminar por la ciudad es un martirio, la calzada es inmensa, el tráfico intenso, y apenas hay cruces con semáforos, los cuales tienen una frecuencia incómoda para los transeúntes.
En muchos casos para poder pasar al otro lado de una manzana tienes que cruzar por medio de uno de los muchos centros comerciales. Todo esto te acaba obligando a coger repetidas veces el transporte público, algo que nuestro presupuesto lamenta sobremanera.
En 3 días en Singapur tuvimos que gastar 17€ en el tren urbano, lo cual es una auténtica burrada. ¡Y eso que Ilze usaba una tarjeta de transporte prestada con la que sale mucho más barato! Sin lugar a dudas, si vas a pasar varios días en Singapur, te acabará compensando pagar los 5 ó 7 dólares (era un cifra de esa magnitud, no estoy seguro ya que nosotros no la compramos) que cuesta la tarjeta: la amortizarás.
Las lluvias son frecuentes, si bien apenas resultan molestas debido a las altas temperaturas, generalmente se agradecen. Fue gracioso cuando preguntando indicaciones para coger el metro nos decían que esperáramos a que parara de llover para caminar unos escasos 400 metros. ¡Ni que fuéramos de azúcar!
El escaso espacio del que dispone Singapur para expandirse obliga a su gobierno a comprar arena a los países próximos, que utilizan para ampliar sus costas. ¡Multitud de los rascacielos que vemos cerca del mar están cimentados sobre una tierra que no existía diez o veinte años atrás! Actualmente los lobbies de los países vecinos presionan a sus gobiernos para no permitir la venta de arena a Singapur, temen su rápido crecimiento.
El plan de construcción de Singapur está estudiado al milímetro, planifican a 40 años vista la expansión de la ciudad y van revisándolo cada 10 años para comprobar que todo sigue cuadrando.
Algo que llama la atención en Singapur es la desmesurada cantidad de carteles con prohibiciones que inundan la ciudad, allá donde vayas te encuentras con estos carteles, así como videocámaras controlando. Además la policía es de gatillo fácil, por lo que se trata de un país muy seguro… siempre y cuando no seas tú el que causa los líos.
Durante los 3 días que estuvimos en Singapur gastamos 42 euros, casi lo mismo en transporte urbano como en comida. Contamos con que será la última vez que el transporte supone un gasto importante durante nuestro periplo por el Sudeste asiático.
Desde allí volamos a Bangkok con Tiger Airlines, una compañía de vuelos de bajo coste. Con unos pocos días de antelación encontramos una oferta por unos 40€ por persona al cambio, tasas incluidas; así que decidimos ir a Tailandia y disfrutar así de un mejor tiempo.
Javier
07/12/2011 @ 19:36
Hola Pablo, soy Javier Serrano, no se si me recuerdas pero fuimos juntos hasta primero de bachillerato, cuando me marché de La Salle.
Ayer mismamente en un bar me encontré con Alex Marín y me estubo comentando lo que hacías, y entro sólamente para decirte que admiro tus cojonazos.
Poco tiempo tengo para mirarme todas las entradas ahora mismo, pero ten por seguro que buscaré un hueco para verlo todo.
Tras ciertos problemas personales estube a punto de apuntarme para trabajar en cruceros y ver mundo, pero viendo el timo que era eso (pagar una burrada por un curso que no me aseguraba nada) acabe dejándome llevar en la vida.
Ahora, viendo lo que estás haciendo, no puedo más que tenerte envidia (eso sí, sana) y plantearme yo también si mando todo a la mierda y aprovecho para vivir y explorar. Tengo pensado para todo este verano entre curso y curso que me falta ir tanteando el terreno y pasar la frontera y tirar para el norte, dejándome llevar para aprender, y tú estás siendo mi inspiración para atreverme a hacerlo.
Sin más te dejo, disfruta de tus viajes y de tu vida, te sigo :D.
Pablo
08/12/2011 @ 15:53
Hombre, sí que me acuerdo sí.
Sobre los cruceros hay opciones de entrar en muchos sin necesidad de cursos, basta con estudios y/o experiencia en aquella función que pretendas desarrollar a bordo. Hay distintas clases de compañías y las no europeas no requieren de tantos requisitos. Por supuesto, y aún así, toca enviar curriculums y tener suerte.
Me alegra darte envidia, seguiré en ello. :-P
Un saludo desde Tailandia.