Kampot, la ciudad de las rotondas
Kampot es famosa por su pimienta, cuya calidad es reconocida internacionalmente y en donde es posible adquirir medio kilo por un par de dólares. Pero, para nosotros, fue la ciudad de las rotondas.
Las calles no tienen nombres, ni números, pero cada pocos metros se produce un cruce de calles formando una rotonda. ¡Y todas las rotondas tienen alguna decoración particular y característica!
Cuando dábamos indicaciones nos basábamos en las rotondas, y cuando decidíamos hacia donde teníamos que ir o a dónde íbamos a ir tomar algo, usábamos las rotondas como indicación.
¡Ey, vamos a por un batido al puesto de la calle que va de la rotonda del durian al rio! Oye, ¿por qué no vamos a por unos bocatas a la rotonda de la sal?
Rotondas a parte, no hicimos gran cosa durante nuestros días en Kampot. Hacía DEMASIADO calor como para querer hacer nada. Pasamos la mitad de las tardes tomando cervezas por 50 céntimos de dólar, jugando al minigolf -gratuito tras tomarte tu cerveza por medio dólar- y escribiendo u organizando fotos -con el WIFI gratuito del lugar de las cervezas-.
Kampot es una antigua colonia francesa, y eso se nota. Sus edificios siguen los patrones arquitectónicos característicos, y la cantidad de franceses viviendo en la ciudad es bastante alta. Muchos de ellos con pequeños negocios en la zona turística.
En esta ciudad camboyana disfrutamos de buena comida por precios asequibles, de mejores batidos por mejores precios (2000 rieles que viene a ser 50 céntimos de dólar) y de cervezas tiradas de precio en Sponge Bar.
Uno de los días en los que nos sentimos más activos decidimos explorar los alrededores, caminar por la rivera del río, visitar el mercado y callejear. Aguantamos un par de horas, para posteriormente volver al mercado a comprar varios kilos de mangos -a 3000 rieles el kilo, 0,75 dólares- y buscar un lugar a la sombra donde recuperar energías.
De Kampot fuimos a Sihanoukville en autobús por un par de dólares, donde encontramos una ciudad con multitud de playas de fina arena pero demasiado turística para nuestro gusto.