El truco definitivo para pagar el precio local

Algo que me resulta especialmente frustrante cuando viajo al extranjero es el brillo en los ojos del vendedor al preguntarle cuánto cuesta ese pedazo de pan o aquella botella de agua. Sólo por el hecho de ser blanco y guapo me piden una cantidad mucho más elevada de lo normal.

En algunos países la diferencia es pequeña, pero cuando te encuentras en países en vías de desarrollo y con afluencia de turistas, la cifra exigida puede ser varias veces el precio real de dicho producto.

Si viajas un par de semanas al año a lo mejor te da lo mismo, y a algunos les parecerá aceptable: una forma de equilibrar la balanza económica con aquellos que tienen menos recursos. Pero para los que viajamos de continuo y gastando lo menos posible es algo que nos repatea sobremanera, no somos una ONG y en muchos casos vivimos con un presupuesto tan ajustado como el de la clase obrera local.

Cuando andas contando cada moneda para ver si esta noche te comes un bocata en el mercado local, o si te podrás dar un capricho y tomarte un batido de postre; tener que discutir, regatear o marcharse sin adquirir algo por la codicia del vendedor es irritante.

En los primeros países que visité siempre estuve alerta, comparé precios y me las arreglé para no pagar un sobrecoste excesivo; pero aún así nunca tuve la certeza sobre la relación entre precio pagado y valor real.

Fueron los vietnamitas los que consiguieron sacarme de mis casillas. Tras negarme a pagar los abusivos precios demandados por los conductores, tras marcharme sin pagar lo solicitado, tras caminar kilómetros esperando encontrar un revisor de autobús que no insistiera en desplumarme; fue allí, en Vietnam, donde descubrí y perfeccioné la manera perfecta para pagar el precio local y evitar discusiones en la mayoría de los casos.

El truco se basa en observar, comprar y pagar sin preguntar.

Si te dirijes a un vendedor y le preguntas en un idioma extranjero cuánto cuesta le estás dejando en bandeja que te pida lo que le plazca. Olvídalo, si no hay precios marcados mira y espera; cuando alguien local compre algo observa cuanto pagan, qué billetes dan y ahí tendrás tu respuesta.

Posteriormente solicita dicho producto, sin preguntas, y cuando te lo entreguen les das el importe exacto en el acto, como si de un intercambio de rehenes se tratara. Acto seguido das las gracias en el idioma local, sonríes y continúas tu camino.

Truco para pagar el precio local paso a paso

  1. Encuentra un tenderete o lugar donde vendan lo que buscas.
  2. Quédate por los alrededores y observa como alguien local compra, fíjate bien en cuánto pagan.
  3. Prepara el importe exacto en tu bolsillo.
  4. Acércate de nuevo y pide aquello que querías comprar.
  5. Espera hasta que lo tengan preparado y te lo vayan a entregar.
  6. Procede a entregar el importe ya preparado mientras recoges tu pedido y das las gracias.
  7. Disfruta de tu compra por el precio local.

Y de esta manera tan furtiva, sencilla y existosa podrás disfrutar de los precios locales y evitarás ser estafado.