El sentido de un viaje largo y barato en bicicleta

Sobre el sentido de la vida, el universo y todo lo demás; sólo que orientado a mi modo de ver esa vida y este universo, a cómo he decidido pasar mi tiempo sobre el mismo y cómo podéis emularlo a vuestra manera. Ya está. Eso es todo lo que hay.

Para poder explicar el por qué de viajar en bicicleta durante un periodo largo de tiempo; primero necesito explicar el por qué de viajar, por qué viajar no tiene nada que ver con estar de vacaciones, y qué ventajas -sí, ventajas- tiene el viajar barato.

¿Por qué viajar no es ir de vacaciones?

Cuando vas de vacaciones el objetivo de las mismas es llegar a tu lugar de destino. Ver aquel sitio al que te has ido a veranear. Estar en ese destino, ¡y sacar fotos de todo lo que te encuentres para enseñar a aquellos que están en casa y ponerles los dientes largos!

Cuando viajas tu objetivo no es llegar a un lugar; el viaje es el movimiento constante, el viaje es la experiencia de ir desde un lugar hasta el siguiente -y lo que sucede durante ese periodo de tiempo-, y no lo que ves cuando llegas a un destino en particular.

¿Por qué viajar en bicicleta y no con mochila?

La principal ventaja de viajar en bicicleta es que ese acto de moverte, de desplazarte, de VIAJAR, lo haces por ti mismo con tu esfuerzo, sudor y lágrimas.

Sientes en tus piernas cada repecho, cada colina; sudas para pasar cada puerto de montaña y sufres cuando el viento te da de cara, y eso es lo que hace el viaje único. Cada milímetro recorrido queda grabado a fuego en tus retinas, porque lo has sufrido, y eso te hace sentirte vivo.

¿Se puede viajar barato en bicicleta?

La respuesta es clara y rotunda, sí, incluso más que de mochilero. Viajar en bicicleta tiene una ventaja fundamental sobre un viaje con mochila, la posibilidad de autosuficiencia e independencia.

Cuando viajas con la mochila a cuestas tu capacidad de carga es mucho más limitada; lo que en viajes de larga duración te acaba obligando a buscar lugares donde cocinar o conseguir una comida caliente, donde recargar la batería del móvil o darte una ducha.

Estos requerimientos, sobretodo cuando estamos viajando con un presupuesto reducido, son más fáciles de obtener a precios bajos en ciudades y lugares turísticos, lo cual condiciona enormemente la manera de viajar y descubrir los lugares por los que viajamos.

Viajando en bicicleta, sin prisas y sin calendario, podemos llevar a cuestas mucho más equipaje con soltura y comodidad. Es posible viajar con una tienda de campaña, una cocina camping gas, un filtro purificador de agua e, incluso, paneles solares o dinamos de buje que nos permitan recargar la batería del móvil o del Kindle.

¿Cuántas veces, mochila a la espalda, has decidido no visitar un lugar porque no tenías ni idea de si podrías encontrar un lugar donde pasar la noche?

Lo importante de todo esto no es el hecho de poder dormir, cocinar, ducharse o conseguir electricidad sin necesidad de pagar por ello; sino el que seamos capaces de adentrarnos en lugares recónditos o paisajes naturales y acampar bajo las estrellas en mitad del monte, sin tener que coger un bus de vuelta a la civilización para poder cubrir con nuestras necesidades.

¿Qué se puede considerar como viajar barato?

Es un tema muy subjetivo, y no es lo mismo viajar barato durante tus vacaciones o durante un par de meses, que pasarse un periodo importante de nuestra vida entero viajando barato. Es una forma de vida.

Depende de la capacidad de generar dinero de cada uno, y de la duración del viaje. Pero, a diferencia de lo que la mayoría da por hecho, apenas importa el lugar al que vayamos a la hora de calcular el presupuesto.

Cuando estás mentalizado y ya tienes una cierta experiencia viajera, aquellos lugares más caros serán -seguramente- donde menos gastes. Te privarás de todos los caprichos y acabarás comiendo pasta de marca blanca con pan, agudizarás el ingenio, pero tus gastos se mantendrán incluso más bajos que en aquellos países donde todos insistían en que apenas necesitas dinero para comer.

Tras varios años viajando, mi límite presupuestario para poder considerar un viaje barato son 10€ al día. Con ese presupuesto da para dormir en hostales de vez en cuando, darse algún capricho alimentario y no depender de favores de nadie.

Nosotros llevamos viajando 6 meses con un gasto personal y diario de menos de 5€. La mitad.

¿Cómo viajar por 5 euros al día?

La clave no está en buscar como abaratar cada tipo de gasto, sino en cortar por lo sano y de raíz todo lo relativo al mismo.

  • Alojamiento. En según que regiones del mundo es posible dormir en una cama por 1 ó 2€, ¿pero por qué vas a pagar por ello si puedes dormir en un bosque o en una playa por 0€?
  • Vuelos de ida y vuelta.
    Cuando vives viajando no necesitas regresar a ningún lado, por lo que te ahorras el gasto de ir hasta el aeropuerto, coger el avión, ir desde el aeropuerto hasta tu alojamiento de destino, coger otro taxi de vuelta al aeropuerto, otro avión y otro transporte de vuelta a casa.
    Todo el tiempo estás de viaje, desplazándote, llegando a esos destinos sin grandes desembolsos.
  • Transporte. ¿Por qué vas a gastar en buses, trenes o aviones cuando puedes hacer autostop o -como en este caso- viajar en bicicleta?
  • Transporte urbano. Taxis, ¿en serio? ¿buses urbanos?
    No hay ciudad en el mundo que no me haya podido patear de pe a pa. Algún que otro día he hecho 30 Km de caminata dando vueltas por una gran metrópolis.
  • Atracciones turísticas.
    Cuando ya has visto docenas de castillos, iglesias y museos, no se te rasgan las vestiduras por perderte los siguientes; al final acaban siendo un conjunto de rocas más.
    Algunos son de pago, otros son gratis; pero salvo que tengas un interés particular por un lugar en concreto, no hay necesidad de pagar entradas para descubrir un país y sus gentes, que es lo que acaba llenándonos y lo que recordamos años más tarde.
  • Alcohol. Vacaciones = fiesta, ¿vacaciones = viajar?, ¡viajar = fiesta! ¡ERROR!
    Del mismo modo que no es sano pasarse varios años de tu vida alcoholizándote a diario, no lo es cuando estás viajando, ¡incluso peor si tienes que pedalear a la mañana siguiente! Llega un momento en el que no sientes la necesidad de tomar cervezas o vinos, que no hay nada que celebrar, y sólo bebes cuando te invitan e insisten.
    Esa necesidad de desinhibirse está más que superada cuando te tiras todo el día al aire libre viviendo la vida que tú has elegido para ti mismo.

Una vez descontados los gastos de alojamiento, vuelos, transporte, entradas y fiesta; lo único que quedan son visados y comida.

El tema burocrático tiene poco que rascar, a no ser que no te importe jugarte el acabar tu vida en una cárcel congoleña o coreana; pero aún así, con un poco de información y tiempo, es posible reducir a 0 los gastos de agencias y tramitar los papeles por uno mismo en las embajadas de países vecinos, que suelen ser más baratas que las que tenemos a la puerta de nuestro país de origen. Sobre fronteras, visas y visados ya he escrito bastante.

El aspecto alimentario sí que requiere de un cierto desembolso, pero si cocinas tu propia comida aún se puede mantener el gasto en unos pocos euros diarios.

Si tu viaje es único en cierto modo, te abres y te acercas a la gente, te sorprenderá la generosidad y la cantidad de buena gente que nos rodea. Recibirás invitaciones a comer y ofrecimientos de picoteo, pudiendo disfrutar de comidas típicas locales sin necesidad de sacar la cartera en algún restaurante.

Y, entonces, ¿por qué viajar barato y en bicicleta?

La bicicleta tiene dos ventajas: te acerca a la orografía del país a través de tus piernas, y te acerca a sus gentes a través de la combinación de sonrisas y sufrimiento.

El viajar barato te fuerza a ingeniártelas, buscarte la vida, y depender de la gente; lo que te hace abrirte y mezclarte con la población local, pudiendo experimentar la realidad del país y no el pack en lata ofrecido por la agencia de turno en un resort de república bananera.

Viaja barato, por periodos de tiempo largos, de una manera autosuficiente -en bicicleta o andando-, y descubrirás el mundo que te rodea -en lugar del que te enseñan- y el verdadero “tú”. ¡Viaja! ¿Necesitas una guía para el viajero primerizo?

Pero ya sabéis, es todo un completo disparate. Me tumbé en la cama, miré por la ventana y pensé “viajar en bici y barato será”, y lo escribí. Fin de la historia.