10.000 Km en bicicleta: A las puertas de los Balcanes

Los astros se han alineado y varios hitos de nuestra aventura han coincidido al mismo tiempo. Hemos recorrido los primeros 10.000 Kilómetros con las bicicletas, desde que las compramos en aquel frío invierno inglés, al mismo tiempo que nos adentramos en Europa del Este.

Nos encontramos en Ljubljana, capital de Eslovenia, país balcánico por historia reciente; pero austriaco por su mentalidad y pasado.

Estamos a las puertas de Europa del Este, los Balcanes nos esperan, y los primeros cambios respecto a la mentalidad de Europa Occidental se empiezan a notar. De momento, más en el paladar que en el bolsillo, pero conforme atravesemos Croacia y nos adentremos en Bosnia descubriremos la realidad de la otra Europa.

Los primeros 10.000 Km, y la llegada a Ljubljana, coincidieron con mi veintisieteavo cumpleaños. Pero, si tengo que quedarme con algo, mejor con el número redondo de kilómetros.

Estos números llegaron con el cambio de estación, la lluvia ha regresado y parece que el otoño está entrando por esta zona; lo que no resulta particularmente agradable cuando pasas el día sobre la bicicleta y duermes en una tienda de campaña. Pero es parte del viaje, de la aventura.

Durmiendo al raso junto al lago Bled

Durmiendo al raso en el lago Bled

Nuestra primera noche en Eslovenia la pasamos sin hacer uso de nuestra tienda de campaña, al aire libre, al raso.

Llegamos al famoso lago Bled cuando ya estaba comenzando a anochecer, y tratándose de un sitio turístico no era posible colocar la tienda de campaña -la acampada libre es ilegal en Eslovenia-, por lo que decidimos pasar la noche junto al lago, con nuestras colchonetas y sacos de dormir.

Una noche bajo un manto de miles de estrellas, y con una preciosa vista al despertar con los primeros rayos de sol del amanecer.

Primer accidente con la bicicleta, a la italiana

Arreglando la rueda

La mala noticia es que mi horquilla delantera no va a seguir acumulando kilómetros. La buena, que una vez más salí ileso tras un buen susto.

Hace una semana, pedealando por un pueblo italiano, una señora decidió abrir la puerta de su coche estacionado, sin mirar. Yo me encontraba pasando al lado suyo y me golpeó en la alforja delantera.

Agarré fuerte el manillar, controlé la bicicleta y evité la caida; pero ambas fuerzas -contrapuestas- doblaron mi horquilla delantera. Qué fuerte debo estar para doblar una barra de acero, ¿eh?

En su momento pensé que bastaría con realinear la rueda, y así lo hice, en plan casero. Con calma, con maña, sujetando la bici con dos sillas en una granja. Después descubrí que la horquilla estaba realmente doblada, y desde entonces he recorrido casi 500 Kilómetros con la dirección de la bicicleta torcida, esperando a llegar a Ljubljana a donde había encargado el envío de una nueva.

Francia, Italia y los Alpes: historias pendientes

Precioso lago al llegar a Italia

Aunque en las redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram) os he ido manteniendo actualizados sobre nuestro paso por Francia, los Alpes e Italia; aún no he tenido oportunidad de escribir en el blog sobre estos países, sobre estas experiencias, ni compartir con vosotros las fotografías de estos lugares. Llegarán pronto, no os preocupéis.

Mañana continuaremos en dirección a Croacia, despidiéndonos de Eslovenia y adentrándonos un poco más en los Balcanes sobre nuestras bicicletas, zigzagueando y pedaleando por Europa del Este.